En esta época tan difícil, en las que solo tienen cabida palabras que nos recuerdan aspectos negativos "crisis", "prima de riesgo", "rescate", etc, me vienen a la memoria muchas de aquellas enseñanzas que hace unos años, en una época en la que profesionalmente tocaban vacas flacas, me administro, como si de un medicamento se tratara un excelente consultor.
Recuerdo, muchas veces a los demás, que en esta vida, todo es efímero, que solo depende de la sensación que tengamos de las cosas. Es a veces como pasa en las parejas, no solo es cuestión de querer más o menos, sino del mensaje que una parte le transmite a la otra.
Ya hace unos años, en concreto por el año 2003, cuando tocaban épocas de bonanza en la economía nacional y mundial, ya algunos artículos se hacían eco que en España uno de los grandes problemas con los que se encontraban también las pequeñas y medianas empresas (las grandes por supuesto), era una falta de liderazgo manifiesto en las mismas y que muchas de las razones por las que echaban el cierre, tenían un origen común en esta falta de liderazgo y que desencadenaba otra serie de consecuencias que difuminaban de alguna forma la o las causas principales.
Pues si cuando la cosa funcionaba bien ya pasaba esto, no queramos pensar lo que esta ocurriendo en la actualidad, y es que esa falta de liderazgo se traduce, en un menor espacio de tiempo, en un problema muy grave para las empresas y que fácilmente acaba por enterrarlas.
Por mi profesión, me ha tocado en alguna ocasión "rescatar" algunas empresas con este mal y en todas ellas el patrón era común. Llegabas por primera vez a la empresa, y te costaba a veces no echarte a llorar de los cuadros que te encontrabas: un gerente que nunca estaba o cuando estaba no dejaba de enviar mensajes negativos a su equipo de trabajo, que no era capaz de que su equipo tirara del carro, dado que se pasaba todo el día en la oficina, sentado delante del teléfono a la espera que sonara, incapaz de motivar a su gente para salir a la calle a vender, y un millón de argumentos mas.
Ese liderazgo que en muchas empresas no se da o quien lo ostenta no tiene la capacidad para liderar a su equipo, se acaba traduciendo en una desmotivación del personal, que da paso a una bajada en el rendimiento, por la falta de estímulo y el no premio o no reconocimiento, que hace que se genere una situación en la que los mas capaces y mejores empleados abandonen la empresa (huyendo de sus jefes) en busca de una situación menos estresante en otra empresa y donde puedan desarrollar todas sus capacidades y aptitudes.
En la empresa original, quedaran los ineficaces e incompetentes que no aportarán mucho y que generan un coste a la misma por la necesidad de cubrir las carencias que otros han dejado, con más personal. Además los ineficaces e incompetentes nunca se van de las empresas voluntariamente porque dificilmente encuentren un trabajo que les mejore las expectativas (para ellos económicas), lo que no supondrá otra cosa para las empresas que los alberguen, que un coste por encima del beneficio que obtienen.
Esto se traduce en un aumento de los gastos de la empresa y que a menudo coincide con una bajada de los ingresos como consecuencia de la peor prestación del servicio. La solución, entonces aquí, dado que dificilmente podemos ofrecer un valor añadido a nuestros servicios, con el personal que tenemos, es un recorte del personal, lo cual implica una dinámica de menos ingresos - reducción de costes de personal, hasta la extinción de la empresa.
Todo esto como consecuencia de un mal liderazgo.
He oído también en muchas ocasiones que "cuesta mas mantener a un mal líder que despedirlo (por costoso que sea)", dado que lo que puede originar en un equipo de trabajo es de consecuencias incalculables.
Por otro lado, esta la motivación, como bien decía un antiguo profesor que he tenido, en una de sus magistrales clases: "¿Por qué las empresas se gastarán tanto dinero en cursos y formación para motivar al personal, con lo poco que cuesta no desmotivarlos?".
Y es verdad, ¿por qué nos empeñamos en hacer las cosas tan difíciles?. Que poco se necesita a veces para motivar a una persona y cuanto mucho para desmotivarlo.
El liderazgo además busca eso mismo, motivar a un grupo de trabajo para la consecución de unos objetivos y que serán más alcanzables cuanto más motivado este el personal.
Para acabar, me gustaría recordar otra perla que me ha quedado grababa en estos años de profesión y es algo que al menos yo siempre tengo presente:
se puede engañar a muchos una vez ...
se puede engañar a uno muchas veces ...
pero no pretendáis engañar a muchos, muchas veces